El estilo nórdico con detalles tradicionales es la base de esta vivienda. Construida en 1937 y reformada hace un par de años, tiene 64m2 distribuidos en dos plantas. En la planta baja el recibidor, el salón y la cocina; arriba un espacio diáfano ocupado por el dormitorio.

Se han creado espacios abiertos y luminosos aportando ese toque clásico con detalles como la lámpara de araña o retratos clásicos que podemos encontrar en el salón. Desde aquí se puede acceder a la planta superior por una bonita escalera en blanco y madera natural.

Los muebles de la cocina dispuestos en el lado derecho de la estancia dan un mayor protagonismo a la mesa de comedor iluminada por un gran ventanal. Un detalle significativo es el uso del papel decorativo en el interior de la pequeña zona de almacenaje creada en la parte izquierda. Las vigas del techo acentúan la altura y crea un gran espacio que invita a cocinar.

En el mobiliario del dormitorio podemos apreciar también ese guiño a lo tradicional. Se han usado piezas con molduras y muebles restaurados, como es el caso del escritorio.

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